El objetivo fundamental de un traje de buceo es la protección contra el frío,
limitando al máximo la pérdida de calor que se produce cuando el buzo ingresa a
un medio más frío como es el agua del mar y ayudando a mantener la temperatura
corporal en niveles aceptables. De ahí que también se lo conozca como traje
isotérmico.
Adicionalmente su uso también brinda cierto grado de protección contra golpes,
raspaduras y lastimaduras que puedan producirse por contacto con objetos o
elementos cortantes, punzantes o urticantes (medusas, ciertos corales, etc.).
Actualmente hay un gran número de fabricantes que ofrecen en el mercado una
amplia variedad de modelos de trajes de buceo. En su confección se emplean
combinaciones de materiales como: neoprene, caucho, lycra e incluso titanio
entre otros.
Básicamente hay dos tipos de trajes de buceo: trajes secos y trajes húmedos.
Los llamados trajes secos que se emplean en aguas muy frías, cuentan con
cierres estancos en cuello, muñecas y tobillos que evitan la entrada de agua en
su interior y consiguen mantener seco el cuerpo del buceador. Dadas estas
características, es posible usar ropas de abrigo debajo de los mismos,
aumentando la protección contra el frío.
Complementariamente es posible introducir aire del tanque, mejorando aún más su
capacidad de aislar contra el frío, el aire excedente se evacua a través de una
válvula ubicada a la altura del pecho.
Por otra parte están los trajes húmedos, que logran su objetivo gracias a los
materiales usados en su confección y a su diseño. El neoprene con que se
elaboran tiene internamente millares de diminutas burbujas de aire que sirven
como aislante, pero también modifican la flotabilidad del buzo obligando a
compensar esta situación mediante el uso de lastre.
En relación al diseño, este debe adaptarse perfectamente al cuerpo del buzo,
haciendo que la delgada película de agua que se filtra a su interior se
caliente y actúe como aislante evitando perdidas de temperatura debido a su
imposibilidad de circulación y renovación.
Los trajes húmedos son más económicos y versátiles que los trajes secos y por
supuesto mucho más difundidos en el ámbito del buceo deportivo. Se fabrican en
diferentes espesores que van de 1 a 8 milímetros, a mayor espesor mayor
tolerancia al frío pero menor comodidad.
El traje de buceo debe ser cómodo y flexible, por lo que además de evaluar la
exposición a bajas temperaturas, también deberá tenerse presente la libertad de
movimientos, buscando en definitiva una relación adecuada entre la protección
contra el frío y la comodidad de movimientos.
Normalmente se usan trajes de 3 mm para aguas cálidas y de 5 mm para aguas
templadas, en tanto que los trajes de lycra son apropiados para aguas
tropicales, donde se busca más una protección al contacto que al frío.
Naturalmente además del grosor de los materiales también la calidad de los
mismos incide en sus prestaciones. Algunos modelos incluyen capucha y otros,
ideales para trabajos pesados, presentan refuerzos en codos y rodillas.
Hay tres modelos de trajes húmedos:
El traje corto o shorty, como también se le conoce, es muy popular en aguas
tropicales, son frecuentes los espesores de 3 mm, viene con mangas y piernas
cortas y cubre el torso y la entrepierna. Sus características lo hacen un traje
muy cómodo cuando no es necesaria mucha protección contra el frío.
El enterizo es otro modelo de traje húmedo que se destaca por su comodidad y
facilidad de colocación. Viene en espesores variados y su elección debe hacerse
según la temperatura de las aguas en las que se va bucear.
Otro modelo de traje es el de dos piezas que combina con un pantalón jardinero,
que se sujeta a los hombros, y una chaqueta que a veces incluye entrepierna.
Ofrece una mayor protección en la parte superior del cuerpo que es la que sufre
los cambios de temperatura con mayor rapidez. Por otra parte restan algo de
movilidad y requieren más lastre que un traje enterizo de igual espesor.
Estas tres variantes de traje tienen una gran variedad de diseño y combinación
de colores, aunque la inclusión parcial del color negro, probablemente por su
resistencia a la decoloración inevitable con el uso y el tiempo, lo hacen una
elección práctica y generalizada.
Finalmente no debemos olvidar que un uso cuidadoso y un mantenimiento adecuado
permitirá prolongar la vida útil del traje. Para lograr eso es conveniente no
estirarlo en exceso cuando se pone o se quita, hay que enjuagarlo con abundante
agua dulce después de cada inmersión, lavarlo con algún shampoo neutro cada
tanto y colgarlo extendido en un lugar fresco y seco, sobre todo si no se va a
usar por periodos prolongados. En caso de ser un modelo con cierres, usar cera
para facilitar su funcionamiento.
Autor: Alvaro Taboada |