Una tierra de sorprendente belleza, un pueblo de cordialidad legendaria. Más
cerca de lo que usted cree, la juvenil y vibrante Nueva Zelanda lo está
esperando, llena de asombrosos descubrimientos y los placeres de sus cómodos
viajes.
Con grandes facilidades para trasladarse de un lado a otro, sus dos islas
principales, la Isla del Norte y la Isla del Sur, ofrecen a los viajeros una
auténtica aventura en que las distancias son cortas, el conducir en automóvil
es fácil y el transporte público es maravillosamente eficiente.
Aquí hallará una cultura fascinante, un campo de juego lleno de aventuras, un
paraíso intacto considerado como "uno de los sitios favoritos del mundo".
Ciudades cosmopolitas y placeres sofisticados.
Una mezcla fortuita de culturas antiguas y modernas, junto con una mezcla
fascinante de culturas europeas y de las islas del Pacífico, brindan a las
ciudades de Nueva Zelanda su singular encanto cosmopolita.
Para la mayoría de los visitantes que llegan a Auckland en la Isla del Norte,
su reacción abrumadora no es acerca de cuán lejos han viajado, sino por qué
esperaron tanto tiempo en visitar este país.
Auckland, la ciudad más grande y radiante del país, es famosa por sus extensas
áreas de deportes acuáticos, grandes parques, estupendas compras y maravillosos
restaurantes.
Antiguos bosques tropicales y la naturaleza en gran escala.
Repleto de lagos y ríos, el Parque Nacional Te Urewera tiene el territorio
forestal virgen más grande de la Isla del Norte. Pueden admirarse los inmensos
árboles kauri en la península Coromandel, en donde la escénica autopista de la
Costa del Pacifico serpentea a lo largo de encantadoras playas y calas.
El balneario termal de Rotorua y la costa soleada de Hawke's Bay (Bahía de
Hawke). Los visitantes afluyen a Rotorua, en el
corazón de la Isla del Norte, debido a sus manantiales de aguas minerales
terapéuticas e instalaciones de aguas termales.
También vienen atraídos por la riqueza cultural maorí, los lagos repletos de
truchas, las excelentes playas, los paseos en bote y las extensas grutas
subterráneas de la región.
En el soleado East Cape (Cabo del Este), Gisborne es la primera ciudad del
mundo que da la bienvenida al alba. Al sur, la Bahía de Hawke, conocida como
"el cuenco de fruta del país", abunda en viñedos de primera clase y huertas de
frutas, goza de un clima mediterráneo y tiene un famoso santuario de pájaros.
Civilizada, sin la tensión de la civilización. La
capital de la nación, Wellington, es una ciudad bulliciosa y cosmopolita dotada
de un puerto espectacular, una espléndida arquitectura y una vida nocturna
irresistible, con una gran variedad de teatros y lugares para ir de compras y
para cenar.
A la entrada de la capital, el encantador suburbio colonial de Martinborough
está rodeado de famosas bodegas, todas ellas accesibles a pie.
Desde la "Capital Portuaria" zarpan transbordadores (ferries) que se dirigen a
la terminal de la Isla del Sur, en donde se encuentra la región de Marlborough,
famosa por sus vinos, paseos y canales.
Christchurch, la ciudad más grande de la Isla del Sur, es la joya de las
encantadoras y extensas Canterbury Plains (Planicies de Canterbury) que ofrecen
infinidad de facilidades de recreo, desde el esquí hasta el golf, así como
escénicas cañadas de ríos y pueblos fascinantes.
Las vastas regiones hacia el sur, Fiordland y Southland, abarcan montañas
gloriosas, majestuosos fiordos esculpidos en glaciares, inmensas zonas
selváticas vírgenes, una fauna extraordinaria y algunas de las vistas más
espectaculares del país. Dunedin debe su rico patrimonio histórico a los días
en que la fiebre del oro invadió Nueva Zelanda.
Y el centro turístico perpetuo de Queenstown es uno de los destinos más
populares del país, ofreciendo toda clase de aventuras y emociones, junto con
la serenidad y belleza para recuperarse de la emoción.
Para aquellos que desean actuar en vez de observar.
Para las familias que están de vacaciones y los aventureros solitarios, los
aficionados de los deportes y los eruditos, los observadores de pájaros y los
degustadores de vinos, los jóvenes y los viejos, Nueva Zelanda ofrece algo para
todos.
Vuele, flote, bucee, salte, navegue, practique surf, monte a caballo, escale
montañas, reme y nade.
Tanto si prefiere explorar el país montado en bicicleta como desde la cesta de
un globo de aire caliente, o desde la ventana de un autobús de turismo, o
caminando, el encanto y el regocijo serán sus compañeros constantes. Verá
jardines que rivalizan con los de Inglaterra, campos de golf que son la envidia
de los escoceses, y más Alpes que los que hay en Suiza.
Los alquileres de automóviles para trayectos de ida solamente y los pases de
viajes que combinan recorridos por tren, autobús y transbordador marítimo,
ofrecen facilidades y conveniencia a su viaje. Hay itinerarios especiales para
cada presupuesto que le permitirán hacer del golf, la pesca, el esquí, el
ciclismo o el ecoturismo, el tema de su viaje.
Las ovejas superan en número a los humanos en una relación de quince a uno,
pero no hay serpientes. Tampoco encontrará mamíferos terrestres nativos, pero
éste es el único país del mundo que posee loros alpinos y lagartos dinosaurios.
La orquídea más pequeña del mundo, así como el insecto más grande, el pingüino
más pequeño y el helecho más grande del mundo, habitan un país tan sorprendente
como atractivo.
Camine sobre un glaciar, beba de una cascada de agua, enamórese de un pingüino
de ojos amarillos.
Gracias a las excelentes facilidades de transporte, usted podrá maravillarse
ante un glaciar y una selva tropical en el transcurso del mismo día; o, si lo
desea, podrá ir a esquiar por la mañana e ir a pescar a la tarde. El reto más
grande consistirá en cómo programarlo para poderlo hacer todo.
Quiere arrojarse sujeto a una soga de goma desde lo alto de un edificio o
escalar el volcán de una isla ? Flotar a través de una gruta subterránea o
planear con paracaídas sobre un lago de color turquesa ? Visitar un fiordo
majestuoso o contemplar un concierto maorí ? O quizás prefiere cenar durante un
crucero a bordo de una goleta histórica o disfrutar de un picnic en una playa
apartada ? Aceptar el reto de viajar en balsa sobre las tumultuosas aguas de un
río o bañarse y olvidarse de sus preocupaciones en manantiales de aguas
minerales calientes ?
Entonces … lo esperamos.
Fuente: Junta de Turismo de Nueva
Zelanda
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